Ésta receta, cuando la ves en algún restaurante, piensas… ¡Seguro
que es un guiso muy complicado o que requiere mucho tiempo!, sin embargo me
sorprendió la sencillez y el gran resultado. No voy a engañarte, es un sabor
fuerte, contundente, pero con una melosidad en la carne que le da un resultado increíble
para disfrutar con unas patatas fritas y un buen vino.
Ingredientes:
2 cebollas
2 o 3 zanahorias
1 vaso vino tinto
Aceite oliva, pimienta negra y sal
1 nuez de mantequilla
En primer lugar, corta la cebolla en cuartos, sí, sí, en cuartos, no muy picada como en otros guisos y el motivo es que al final la retiraremos. Añade un chorro de aceite de oliva virgen a una olla rápida, donde coceremos las carrilleras, e incorpora la cebolla troceada como hemos dicho.
En caso de que no te hayan limpiado las carrilleras en la
carnicería, hazlo ahora quitando las pieles externas que las recubre. Rocía con
sal y pimienta negra y mete las carrilleras en la olla para marcarlas junto a
la cebolla cuando ésta lleve un rato pochando.
Corta las zanahorias en trozos grandes e incorpora a la olla también.
Cuando las carrilleras estén doradas por todos lados, echa
el vaso de vino tinto (mejor si es aromático) y deja cocer para que se evapore
el alcohol.
Pasados unos 2 o 3 minutos, cubre las carrilleras con agua (lo justo para que cubran, no demasiado) y cierra la olla rápida. El tiempo de cocción son 40 minutos. Si quisieras hacerlo en olla tradicional el tiempo sería de 90 minutos aprox.
Pon la salsa en un cazo donde vamos a reducirlo a fuego
fuerte con la nuez de mantequilla. La mantequilla le dará un brillo que quedará
de restaurante de lujo.
Con esto, tus carrilleras al vino tinto estarán listas. Puedes acompañarlas con unas patatas fritas cortadas en gajos. Que lo disfrutes!
Comentarios
Publicar un comentario